Si alguna vez has probado la dorada a la sal y pensaste “¿Cómo narices puede estar esto tan jugoso, si está enterrado en sal como si fuera un tesoro romano?”, no estás solo. En Pepe y Estrella, nuestro restaurante con vistas al mar, este plato es uno de los más pedidos. Y no precisamente por casualidad.
Vamos a contarte el secreto de este clásico de la cocina mediterránea. Y es que, aunque parezca de alta cocina, su elaboración es mucho más simple de lo que parece.
Todo empieza con una dorada de calidad

Y cuando decimos «de calidad» no hablamos de la congelada del súper. Hablamos de una dorada fresca, recién sacada del mar. Y si es del mercado o directamente de la lonja, mejor que mejor.
Recuerda que en Jávea tenemos la suerte de contar con un producto de proximidad que ya querrían muchos chefs.
¿Por qué tanta sal? ¿No queda salado?
¡Gran pregunta! Porque sí, a priori la imagen impone: un pescado totalmente enterrado bajo un manto de sal gorda podría parecer más una receta de alquimia que de cocina.
Pero aquí viene la magia: la sal no penetra en el pescado, sino que crea una especie de costra dura al hornearse.
Esa costra actúa como un horno dentro del horno, manteniendo la humedad, potenciando el sabor natural del pescado y haciendo que la carne quede tierna, jugosa y perfectamente cocinada.
Receta de la dorada a la sal (modo fácil y sin estrés)
Muchos clientes nos preguntan cómo hacerla en casa. Así que aquí va la receta versión «nivel principiante con ganas de impresionar a mis invitados»:
- Precalienta el horno a unos 200ºC.
- En una bandeja grande, haz una base de sal gruesa (puedes humedecerla con un poco de agua para que compacte mejor).
- Coloca la dorada entera encima (sin quitarle las escamas ni abrirla).
- Cubre con más sal. ¡Sin miedo! Que quede bien tapada, como si fuera una dorada en una playa nudista, buscando intimidad.
- Al horno durante 20-25 minutos si pesa unos 800g-1kg. Si es más grande, dale 30 minutos.
- Sácala y deja que repose un par de minutos.
- Ahora viene la parte divertida: romper la costra. Usa una cuchara o un mazo de cocina, y verás cómo se parte fácil. Quita la sal, levanta la piel (que se quita sola) y… ¡a disfrutar!
¿Y cómo se sirve?
Te recomendamos servirlo con un chorrito de aceite de oliva, unas escamas de sal Maldon y una guarnición sencilla: unas patatas al horno con romero o unas verduras de temporada a la plancha.
Nada de salsas que tapen el sabor. Aquí el protagonista es el pescado, como debe ser.
Maridaje: lo que pide el cuerpo
Una dorada así pide a gritos un vino blanco fresco. En nuestra carta tenemos varias opciones locales que van de maravilla: desde un moscatel seco de la Marina Alta hasta un verdejo joven si te va algo más frutal.
¿Y si eres de cerveza? Que sea suave, tipo Lager o una artesana ligera de la zona. La dorada agradece que no eclipsen su sabor.
Pura esencia mediterránea
La dorada a la sal es más que un plato: es una declaración de intenciones. Es cocina mediterránea en estado puro: sencilla, natural, sin adornos innecesarios y con todo el sabor del mar.
Y en un lugar como Jávea, junto a la playa del Benissero, con ese olor a salitre y esa brisa marina que te despeina con cariño, no se nos ocurre mejor forma de comer pescado.
¿Te animas?
Si te ha entrado hambre solo de leer este post, ya sabes dónde estamos. En Pepe y Estrella preparamos la dorada a la sal con todo el mimo del mundo.
Puedes reservar en nuestra web o llamando al 96 579 19 10.
Y si decides hacerla en casa, mándanos una foto y cuéntanos cómo te ha salido. Pero, ¡cuidado!, corres el riesgo de que te la pidan cada fin de semana 😜