Ya sabemos que la gastronomía española es muy rica en platos tradicionales. Y ni que decir tiene que el cocido madrileño y el puchero valenciano son dos de los más emblemáticos. Dicho esto, es obvio es que, aunque ambos son guisos hechos principalmente a base carnes y verduras, y los dos están pensados especialmente para degustar en los meses más fríos del año, existen algunas diferencias importantes en cuanto a sus ingredientes, preparación y el modo en que se sirven.
El cocido: un plato con muchas variantes
Cabe decir que el cocido es un plato que adopta múltiples variantes en las diferentes regiones de España: el madrileño (también llamado cocido castellano) es una de las más famosas, pero no podemos olvidarnos del cocido andaluz, el extremeño, el maragato (típico de León) o el montañés y lebaniego (ambos propios de la gastronomía cántabra), el pote asturiano, el cocido de Lalín en Galicia, etc.
¿Cuáles son las diferencias?
A pesar de que nos encantaría profundizar en las particularidades de cada una de las variedades de cocido que hay a lo largo y ancho de nuestro país, en este artículo vamos a centrarnos en las diferencias entre el cocido madrileño y el puchero valenciano.
1. Las carnes
Una de las principales diferencias entre el cocido y el puchero está en la elección de las carnes. En el cocido madrileño se suelen usar sobre todo morcillo de ternera, jamón, chorizo, morcilla y, en algunas versiones, incluso tocino o panceta. La combinación de estos ingredientes da como resultado un sabor muy intenso.
En el puchero valenciano, en cambio, se usan carnes más suaves, como pollo o gallina, junto con ternera o cerdo. Además, es muy típico el uso de la pilota (pelota), hecha normalmente de carne picada de cerdo y ternera, mezclada con pan rallado, perejil, ajo y especias. Esta pilota es un elemento clave que le da un sabor muy, pero que muy característico al puchero valenciano.
2. Las verduras y legumbres
Tanto en el cocido como en el puchero se incluyen verduras, pero con sus diferencias. En el cocido madrileño son comunes las patatas, zanahorias, repollo y, sobre todo, los garbanzos, que sin duda son un ingrediente esencial y protagonista que le aporta cuerpo y textura al guiso.
En el puchero valenciano también se emplean patatas, zanahorias y garbanzos, pero se suelen añadir otras verduras típicas de la región, como el nabo, la penca o el apio. Estos ingredientes aportan un sabor más fresco y ligero al caldo en comparación con el cocido, donde predominan las notas ahumadas de los embutidos.
3. Los embutidos: el valor añadido del cocido
A diferencia del puchero, que prescinde de los embutidos, en el cocido madrileño destacan por incluir, como decíamos, el chorizo y la morcilla, que acaban de conferir al plato un sabor fuerte e intenso, además de un aporte calórico que se agradece especialmente cuando más aprieta el frío.
4. Preparación y servicio
Por último, la forma en que se sirven ambos platos también varía. El cocido suele servirse en tres «vuelcos» o partes: primero se sirve la sopa o el caldo con fideos, luego los garbanzos con las verduras y, finalmente, las carnes y embutidos. Así se disfruta de cada elemento por separado.
Por su parte, en el puchero valenciano, se opta por una presentación más simple. Primero se sirve el caldo, normalmente con arroz —aunque también puede hacerse con fideos—, y luego las carnes (incluida la pelota) y las verduras.
Entonces… ¿cuál es mejor?
¿Y por qué elegir? Tanto el cocido madrileño como el puchero valenciano son dos deliciosas elaboraciones que reflejan la identidad y los sabores de sus respectivas regiones. Mientras que el cocido es un guiso contundente con embutidos fuertes y suculentas carnes, el puchero apuesta por ingredientes más ligeros, sabores frescos y su inconfundible pelota.
Ambos platos representan lo mejor de la cocina tradicional española. Por eso, en nuestro restaurante en Jávea, los sábados te ofrecemos una fabulosa mezcla de ambos guisos: un menú de cocido con pelota que está para chuparse los dedos…
¿A qué esperas para probarlo?